ficción i

... voy por esta plaza de la mano de mi mujer, siento su calor y veo su rostro sonriendo, los dos sonreímos y nos alegramos de estar juntos, de haber hecho este viaje que habíamos planeado hace tiempo y que va a dejar una profunda huella en nosotros.
Pero ella no tiene rostro, su mano es etérea.
El frío viento me golpea y despierto. Estoy solo y la soledad me consume. Lo último que se ve son mis dedos, me aferro a sus comisuras, trato de que no me absorva pero no lo logro y resbalo por su garganta. Aunque uno trate de ir liviano, la soledad así como algunos otros sentimientos siempre lo acompañan...
Cuando despierto tengo el pecho pegado en el piso, me cubro detrás de unos árboles de ciprés y un puente estalla a unos pocos metros de mi. Arriba en la colina me espera mi rapadita, la lleveré a Madrid cuando todo acabe. Soy Robert Jordan y he venido aquí a cumplir una misión.
Cuando despierto voy sobre un caballo blanco gigantesco pisando cabezas y escapando de las manos que me quieren atrapar. Me dirigo hacia la catedral de ceniza, tengo que llegar a ella antes que el viento.
Cuando despierto estoy sentado en una mesa, tomando vino blanco chino. No voy a soportar un trago más... paso el vaso por mi garganta, me destroza la tráquea, al llegar el líquido al estómago, me reclino y exploto.
Cuando despierto quiero ser libre y hacer lo que me plazca, viajar, escribir, leer, conocer, aprender. No quiero estar encerrado ni tener ataduras. Este sentimiento es extraño, no me abandona, aunque el tinglado aveces lo opaca lo silencia, no se calla, no muere y viene con más fuerza y violencia, me sacude y en ocasiones me tira por el piso y me acaba.

mensajes cifrados i

se trata de una sequencia de emociones y sentimientos

todos dichosos

construída sobre una voz, seductora y penetrante

a la vez cálida que violenta

a la que yo, dispuesto a todo me aferro y estrecho

me toca y me levanta

como una gran mano me sostiene y me eleva

(aunque en realidad se calla. inteferencia y estática... o la carencia de atracción)