Wednesday, October 19, 2005

(ficcion para un comercial)

Hoy braceaba en una pila de agua fría ... estaba lloviendo y la temperatura del líquido era de 19 grados centígrados. Pensaba en todo un montón de tonterías materialistas mientras veía a una mujer que nadaba al lado mío. Guapa, demasiado. Al rato caigo en la cuenta de que la conozco pero no me acuerdo de su nombre... es la venezolana, a la que ratie un par de anteojos en el chante de un compa. Los anteojos o ella, ser un cara de barro o un cara dura. Ella por supuesto, nunca se sabe. Me detengo cuando ella se detiene, me espero a ver si me vuelve a ver, jamás lo hace. Expliqueme alguien por qué ignorar es seducción?. Su seriedad me congela, más que el agua. Vuelve a nadar, no me queda más que hacer lo mismo. 500 m, 1000 m, la chica no para, la paso despacio, para apreciarla, ser hijo del dios ballena tiene cosas buenas. Su nombre... - Anita, verdad? -Sí, con una sonrisa, encantadora, de esas que hace rato no veo y que tanto extraño. Luego, sin darnos encuenta entablamos una conversación amena. Me dice que tiene varices y le cuento que ya no puedo correr. Tiene los ojos verdes, el cabello castaño y la piel color miel. Frente a ella comienzo a tener la sensación de que es alguien especial. Salimos de la piscina, caminamos hacia nuestra ropa , casualmente están a la par. Veo sus zapatos rojos, de cuero, brillante, y su pantalón de mezclilla, sucio. Esa cualidad de espia para conocer más. Luego me dice que se va ha cambiar, da media vuelta, levanta todo y camina. La llamo, le pregunto su mail, regresa hacia mi y me lo dice al oído, sus labios por un segundo rozan mi oreja y se aparta.
Se marcha. Hago lo mismo.
Manejo debajo de la lluvia, camino a casa, pienso en ella, me invade la duda, si pensará en mi, si le habrá sucedido lo mismo...de pronto el agua ya no estaba tan fría.